martes, 3 de abril de 2012
UN AMOR QUE TERMINÓ EN DERRUMBE.
Hace unos pocos días se dio un hecho que causó sensaciones en el barrio de San Telmo. Rogelio Aguas, un vecino de la calle Ingeniero Huergo ha sido cruelmente demandado por dejar sus sentimientos a flor de piel con la señora de en frente de su casa. Probablemente, está es una de las denuncias más raras que la comisaría treinta y uno ha tenido.
Una vieja amiga del señor confesó que hacía veinte años que estaba en una nube por Lidia(su vecina diez años menor) y que nunca lo había visto así ni siquiera con su difunta mujer.
Esto ocurrió en el ocaso justo como Rogelio “el romántico”, bautizado por sus vecinos, había planificado. Los residentes cercanos sospechaban algún acto extraño, pero nunca imaginaron que iba a causar tremendo alboroto.Horas antes, ya se escuchaban los cantantes mexicanos practicando una serenata magnífica y a él se lo veía tenso como si estuviera a punto de dar el sí en su casamiento.Se había gastado hasta el último centavo de la jubilación pero valía la pena por su amada.
No todo es color de rosa…
El hombre, “empilchado de pies a cabeza”, según Jorgito, el kioskero,y con un ramo enorme de calas, esperaba la llegada de su amor.En el momento en que ella llegó, los mariachis comenzaron a tocar esa extraordinaria pieza que estuvieron ensayando unos momentos antes.La mujer se quedó anonadada ante tanto espectáculo y mas sorprendida quedó al ver acercarse a Rogelio con sus flores preferidas.Aparentemente,Lidia se metió en su hogar rápido y salió por el balcón de su habitación disgustada y avergonzada.
“No hace falta que el cielo esté lindo pa´ venir a entregarte mi amor”, cantaba entusiasmado Rogelio con los mariachis.
Uno de ellos, decidió “hacer la gran Romeo y Julieta” e intentó treparse al balcón de la señora, pero no todo es color de rosa… Parece que el viejo caserón de Lidia no tenía la suficiente solidez como para resistir a un mariachi con unos canelones de más, ya que en el primer intento de subirse, la estructura comenzó a desmoronarse.Un desastre. “Fue como un mini terremoto”afirmaron.Pero, eso no es todo, si algo peor le podría haber pasado al pobre Roge fue que, minutos después, apareciera un policía diciéndole que su gran amor lo había denunciado por destruir su balcón.
Post-desastre...
Recién después de 48 horas del terrible acontecimiento, apareció para comprar pan,se lo veía mas envejecido, con el alma achicharrada. Los vecinos amigos le dejaban en la puerta de su casa regalos todos los días pero él se quedaba en adentro, mirando por la ventana a través de su antigua persiana americana. “Nunca lo ví así a Roge” afirmó Rosa, la dueña del almacén de al lado.Finalmente, los amigos de él hicieron una “vaquita” y le dieron la plata del balcón a “La malona”, Lidia, y ella retiró la denuncia.
Aguas, por su parte decidió que el amor no es para el y empezó a trabajar como mariachi, pues, parece que “la malona” no solo le dejó una mala experiencia amorosa sino también lo ayudó a encontrar su verdadera vocación
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